POR UN TELÉFONO ECOLÓGICO
Aunque me resista a realizar esta afirmación, lo cierto es que el teléfono móvil
es ya un elemento indispensable en mi vida cotidiana. Hay gente que
sobrevive sin él (pocos, muy pocos) y se merecen mi más sincera
admiración, pero muy a mi pesar admito que yo ahora mismo no podría
entrar en este reducido club. De hecho, ya casi ni me acuerdo de cómo
era la vida sin estar conectada al mundo continuamente… Da que pensar…
A parte del enganche tecnológico que
la mayoría sufrimos, lo peor de todo es que la utilización de estos
dispositivos electrónicos conlleva consecuencias graves para el “Tercer Mundo”
que ni siquiera contemplamos. Porque ¿cuántas veces nos preguntamos de
dónde proceden los materiales que configuran nuestros teléfonos o demás
aparatos? ¿O quién y dónde los fabrican? Pocas, muy pocas veces cruzan
por nuestras mentes estas preguntas…
Pues bien, como probablemente muchos sabréis, en el caso específico de la telefonía móvil existe un gran enemigo llamado COLTAN (abreviatura de columbita-tantalita). Este mineral extraído casi en su totalidad de la República Democrática del Congo
es considerado estratégico para el desarrollo tecnológico del “primer
mundo” debido a sus múltiples aplicaciones tecnológicas. Tan
estratégico, que su comercialización ha contribuido a la financiación
ilegal de guerras en el Congo, a la explotación laboral de miles de
personas (incluidos niños), a la violación de cientos de mujeres y a la
destrucción masiva de ecosistemas. Podéis ver una charla sobre este tema
en TED si queréis más información.
Es por eso que aplaudo iniciativas como las de Fairphone, cuyo objetivo es la fabricación de un smartphone despojado de materiales que no procedan de un comercio justo.
Aunque en un principio este proyecto holandés nació como una campaña de
concienciación sobre los abusos de la industria del móvil, en la
actualidad esta empresa social ya está produciendo su primer lote de
20.000 teléfonos. La previsión es que empiecen a estar disponibles en
Europa de cara a otoño por un valor de 325€, así es que todavía habrá
que esperar un poco. Ahora bien, si esta idea no os convence, también
podéis visitar en Raise Hope for Congo
un listado de empresas que intentan conseguir materiales de lugares
donde no existe conflicto armado por el tema de los minerales. Aunque
bueno, luego alguna de ellas explota a trabajadores en otro punto del
planeta…
Y ya para acabar, ¿podemos hacer algo ético
con el tema de la telefonía sin que pase por cambiar de móvil ahora
mismo? Respuesta: SÍ. Podemos aportar nuestro granito de arena si
compramos un teléfono de segunda mano, si cuidamos el dispositivo que tenemos para que dure más, si cambiamos la batería cuando esta flojee o si intentamos arreglarlohasta
el final de sus días. Y eso sí, una vez que esté inservible ¡no lo
tiréis! Hay tiendas en las que aceptan teléfonos antiguos para
reciclarlos o incluso podéis donarlos a proyectos solidarios como donatumovil.org o movilsolidario.es.
Como veis opciones hay, porque ¿de qué sirve donar a una ONG si después de consumir colaboramos en la desdicha de a los que supuestamente
intentamos ayudar? Tenemos elección.