Habiendo tenido conocimiento, a través de la web oficial de ese Ministerio, de la consulta pública convocada en relación con las modificaciones que se pretenden aplicar a la LOMCE y, más concretamente, de las relativas a la materia de Religión, deseo manifestarle mi más absoluta disconformidad en estas dos cuestiones: la exclusión de la asignatura de Religión de la nota media obtenida por el alumnado y la propuesta de supresión de la materia que actualmente existe como alternativa a la precitada asignatura.
Las razones por las que expreso esta disconformidad son las siguientes:
1.- Nuestro sistema educativo necesita una reforma en profundidad que supere las carencias observadas en las últimas leyes educativas. En este sentido, cualquier modificación que se realice en el sistema educativo debe emanar de un pacto entre todos los miembros de la comunidad educativa: familias, profesorado y alumnado.
2.- El área/materia de Religión está convenientemente encuadrada dentro de nuestro sistema constitucional y consolidada en las numerosas leyes educativas que hemos tenido en las últimas décadas. Y la alternatividad con otra materia de valores éticos y cívicos no vulnera en ningún momento el derecho a la igualdad ni implica discriminación alguna, como bien lo expresa la sentencia 31/2018 del Tribunal Constitucional (10 de abril de 2018). Es más, dicha sentencia afirma que: "con estas actividades paralelas y complementarias se trata de asegurar que los alumnos reciban una formación adecuada para el pleno desarrollo de su personalidad [artículo 6.1 a) L.O.D.E.], proporcionándoles el bagaje cultural necesario para su legítimo y pleno ejercicio de la libertad ideológica, comprensiva de todas las opciones que suscita la vida personal y social, entre las que se incluyen las convicciones que se tengan respecto del fenómeno religioso y del destino último del ser humano (STC 292/1993, fundamento jurídico 5), y que está reconocida en el artículo 16.1 C.E. por ser fundamento, justamente con la dignidad de la persona y los derechos inviolables que le son inherentes, según se proclama en el artículo 10.1 C.E., de otras libertades y de derechos fundamentales (STC 20/1990, fundamento Jurídico 4)".
3.- Es de todos conocido, que todo cuanto acontece en los centros educativos forma parte del desarrollo integral de la persona. En cuanto a las áreas o materias, al estar debidamente curriculadas y tener la programación adecuada que contribuya al desarrollo de las competencias del alumnado, exige de las mismas una evaluación que califique el desarrollo de estas competencias con un criterio objetivo que determine el desarrollo de todos los objetivos generales de una etapa a los que contribuye, sin duda alguna, todas las áreas y/o materias del currículo, entre los que se encuentra la Religión y/o los Valores éticos y Sociales/Valores cívicos.
4.- La exclusión de la nota de Religión de la nota media del alumnado elimina la posibilidad de contabilizar la calificación en esta área/materia dificulta la comprobación del grado de consecución de los objetivos generales de la etapa.
5.- La aplicación de dichas decisiones administrativas, además de lesionar el derecho a la estabilidad laboral de decenas de miles de docentes (tanto de quienes imparten el área/materia de Religión, como de quienes lo hacen con la alternativa) atenta gravemente contra el principio de igualdad entre los ciudadanos españoles consagrado en nuestra Constitución y contravienen numerosos pronunciamientos judiciales de las más altas instancias jurisdiccionales de nuestro país.
6.- La asignatura de religión es una de las materias más democráticas. La escogen los padres y los alumnos haciendo uso de su derecho recogido en la Constitución Española que concede a los padres el derecho de elegir libremente la formación moral y religiosa de sus hijos.
7.- Pedimos a la clase política que no utilicen a la asignatura de religión y sus docentes como "chivos expiatorios" de una situación del sistema educativo que necesite de una revisión profunda y dialogada con los expertos y profesionales. La religión en la escuela no es un problema real; miles de padres eligen esta asignatura en cada escuela española.
Mi opinión particular a todo éste asunto es que se trata de un globo sonda, por un lado y, de otra, un pulso con la Iglesia sobre el tema de Franco. Me explico.
La religión siempre ha sido un caballo de batalla que nunca han querido solucionar porque, en épocas electorales, siempre sale a la luz intentando arañar votos en la mal llamada "izquierda". Es cierto que hay muchos padres que no quieren la Religión en la escuela y, por eso no los matriculan en la asignatura. Tienen la libertad de elegir. Si la quitan no tendrán ninguna libertad de elegirla aquellos padres que si quieren que se imparta a sus hijos.
Y digo globo sonda, porque los problemas a nivel económico, a nivel de votos y contenciosos judiciales serían engorrosos y largos. Mandar al paro a los maestros, indemnizarlos y luego readmitirlos con las sentencias judiciales sería largo y ominoso. Pero como se juega con el dinero de todos los españoles y, según algún avispado político, el dinero de todos no es de nadie, entonces cualquier cosa puede pasar.
Y de otro lado hay una lucha soterrada con la jerarquía eclesiástica. El hecho de no mojarse en un tema de índole personal como es el enterramiento de Franco que le corresponde a su familia, enfada al gobierno que quiere ver a la Iglesia involucrada en sus batallas legales. Franco murió. Dónde esté enterrado no interesa a nadie. En todo caso a su familia. Y si, como resulta, la familia Franco tiene un columbario en la catedral de la Almudena, ¿cómo puedes impedir legalmente que lo entierren allí? La Iglesia dice que es un tema particular y ella no entra en dónde tenga que ser enterrado Franco, Companys, o el vecino del 5º.
A mí, como a todo hijo de vecino, lo que me preocupa es el paro. Después la pérdida de nivel salarial. Luego, la corrupción. La sanidad, etc. Franco me interesa poco o nada.