martes, 19 de mayo de 2020





El jueves 21 de mayo celebramos el día de la Ascensión. La Iglesia lo celebra el domingo.
Utilizaremos el blog también para dos cosas: dar a conocer algunas festividades religiosas y su relación con el arte, otra. 

En el Evangelio de Marcos el relato de la Ascensión es breve. Jesús y los restantes Apóstoles están sentados a la mesa, seguramente en el Cenáculo. Jesús reprocha a sus discípulos la falta de fe y la dureza de corazón, porque no habían creído a quienes le habían visto resucitado. Les dice: «Id por el mundo entero y anunciad a todos el Evangelio. Quienes crean y se bauticen se salvarán, pero quienes no crean se condenarán. Las señales que acompañarán a los que habrán creído serán estas: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes con las manos y si beben veneno no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos, y se curarán». Después, Jesús se elevó al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a predicar y el Señor cooperaba, y les confirmaba los sermones con señales. (Mc 16, 14-20).

Marcos solamente describe que la Ascensión tuvo lugar y la relaciona con la glorificación del Resucitado, llama a la Fe y la conversión, y se inicia la predicación del Evangelio. Lucas, en su Evangelio, es aún más breve (Lc 24, 50-53). Únicamente en los Hechos de los Apóstoles se especifica que los discípulos volvieron a Jerusalén desde el Monte de los Olivos.

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